El sello de la «Nueva Realidad» es la incertidumbre, no hay vuelta atrás, las personas y las organizaciones deberemos aprender y crear nuevas formas de interacción positiva y productiva.
Con la pandemia que inició a fines del 2019 y que trastocó la forma de relacionarnos, comunicarnos, vestirnos, trabajar y todas nuestras actividades productivas y recreativas, surgió el término «Nueva Realidad».
El inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania generan una intensificación de la complejidad a nivel económico y político a nivel global y, por consecuencia, un incremento de la incertidumbre que vivimos.

Podemos decir que vivimos en un Mundo más allá del VUCA:

Las organizaciones y en particular los equipos de trabajo deben aprender a gestionar la Gran Incertidumbre.
El papel del Líder ante la Gran Incertidumbre tiene como objetivo gestionar de manera efectiva para facilitar la productividad de sus colaboradores. Se trata de convertirse en verdaderos facilitadores de de recursos, en generadores de armonía, en formadores de líderes.
El Líder debe dominar su pensamiento y ser realista y positivo, evitar caer en la negatividad o el pesimismo, más también evitar el optimismo exagerado.
Te compartimos un video en el que nuestro Director, Jorge Daniel Romo, plantea cinco aspectos a considerar en el liderazgo para esta nueva realidad:
- Asumir el papel de Líder (Evitar la zona de la víctima o el Juego de la culpa)
- Administrar la GRAN incertidumbre, enfocando las pequeñas certezas (qué sí tenemos, que sí sabemos, en qué somos buenos)
- Promover y reforzar los comportamientos clave para la bienvivencia. (fortalecer los valores, las buenas prácticas, la armonía, la colaboración y la complementariedad)
- Firmeza, no dureza (Suave con la persona, firme con la conducta y el desempeño)
- ComunicACCIÓN (Ser sensibles del impacto de nuestra comunicación hacia los demás y las reacciones que la misma puede llegar a generar en ellos)
En este espacio hemos hablado acerca de la importancia de la Inteligencia Emocional en las Relaciones Amorosas (
El siglo 21 (XXI) se ha caracterizado por:
Zygmunt Bauman, acertado filósofo y sociólogo polaco (1925-2017), enfocó los últimos años de sus estudios y análisis en torno a la posmodernidad, la globalización, el consumismo y la nueva pobreza. De ahí surgió el concepto de modernidad líquida para explicar a las sociedades del mundo moderno. Para el sociólogo, la fragilidad del vínculo es la realidad de nuestras relaciones. De ahí lo de líquido, de la maleabilidad de la forma y de la facilidad de división de los elementos en estado líquido. Bauman estimaba la sociedad actual como un mundo ocasional. Gran parte de las personas que la conformamos buscamos la satisfacción momentánea: ese hecho puntual que nos alegra durante un minuto; al siguiente es desechado, y unos segundos después, casi olvidado. Según el ensayista, el amor relacional, el amor propio, también es líquido. ¿Cómo podemos querer a otra persona si antes no nos queremos a nosotros mismos? ¿Qué vamos a ofrecer si no tenemos nada valioso que ofrecer? ¿Con qué vamos a corresponder si nos ofrecen algo valioso? Nuestra falta de autoestima nos lleva a tener relaciones que se diluyen en cuestión de segundos.
Por ello, el término amor líquido, y todo cuanto se refleja en nuestra realidad actual, se nos escapa de las manos porque no somos capaces de solidificarlo y asirlo con la fuerza necesaria, ni siquiera el amor hacia nosotros mismos. Vivimos en el mundo efímero del instante como coleccionistas de eventos líquidos. Cada día nos cuesta más crear una realidad sólida formada de amor propio y relaciones verdaderas que duren en el tiempo con la consistencia requerida.