Propósitos de año nuevo

Considera las siguientes infografías para lograr una vida con propósito en este 2018.

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Consejos de Dale Carnegie para obtener lo mejor de las personas y, al mismo tiempo, demostrar liderazgo.

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Año nuevo: Oportunidad nueva

365 oportunidadesEl nuevo año es una transición que a nivel general y superficial se trata de asignar un nuevo dígito a la fecha, y que de manera profunda y significativa, para muchos, representa una oportunidad de cambio.

El nuevo año es un cambio de ciclo que impacta a muchas personas de diversas maneras que modifican sus pensamientos, sentimientos, emociones y perspectivas de presente y futuro.

Para muchos es un «cierre», una terminación de procesos personales, laborales o relacionales que representa nuevas posibilidades. Para otros es un «inicio», algo nuevo que impulsa a adquirir hábitos, conductas y/o actitudes diferentes.

El año nuevo pues, representa para todos un cambio, desde lo básico de la fecha, hasta esa posibilidad de realizar modificaciones de algún aspecto de la vida o de la persona misma.

El cambio implica un proceso emocional.

Darwin-cambioEl nuevo año es algo imposible de evitar, está intrínsecamente relacionado con la conciencia de tiempo; por ello, para muchos, es un proceso que los enfrenta y sacude de manera emocionalmente profunda; ya sea positiva o negativamente.

Como en todo proceso de cambio, aceptar es fundamental para manejar las modificaciones que dicha transición impliquen. Realizar un balance de lo logrado hasta ese momento y visualizar las posibilidades que presenta el futuro es una buena forma de aceptación.

Para algunos el balance puede no ser positivo y, la mayoría, verá al año nuevo como la oportunidad de que las cosas mejoren. Son aquellos con balance negativo y una visión pesimista del futuro, los que pueden experimentar síntomas de depresión.

La visión optimista del futuro es fundamental para enfrentar un cambio de ciclo. Por ello, es natural que se planteen propósitos de vida para lo que se avecina. Algunos con elementos realistas para su consecución y otros con más optimismo que capacidad para lograrlos. Al final todos abonan a enfrentar el año nuevo de una manera positiva.

Mafalda-año nuevoPara aquellos que, al visualizar el futuro, se enfrentan ante una realidad difícil, abrumadora y dolorosa; será fundamental establecer acciones que, sin cegarse a dicha realidad, les permitan identificar las oportunidades que disminuyan o mitiguen el impacto negativo que se avecina.

Las habilidades clave de la Inteligencia Emocional como el Auto-conocimiento (Auto conciencia), el Auto-control (Auto regulación) y la Auto-motivación (Motivación) son fundamentales para tomar las decisiones que, ante un balance negativo del pasado, junto a una perspectiva poco alentadora del futuro; serán las que nos permitirán encontrar, seguramente, las oportunidades para enfrentar mejor el nuevo año.

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¿Quién soy?

“¿Quién soy?” es una de esas preguntas existenciales que, si no sabemos responder, pueden llegar a convertirse en un obstáculo a la hora de ser felices. Saber quién es uno mismo y hacia dónde queremos ir es una de las bases para encontrar bienestar no ya en los grandes proyectos, sino en todos los detalles de la cotidianidad.

Pero no poder responder a esta pregunta en un momento no quiere decir que todo esté perdido. Actualmente no hay nada que nos haga suponer que la capacidad para plantearse adecuadamente y responder con éxito la cuestión «¿quién soy?» sea en sí misma una capacidad innata, algo inamovible e independiente de nuestras elecciones y el ambiente en el que elegimos vivir.  En ocasiones, es necesario hacernos esta pregunta para poder seguir creciendo, pues es un indicador de si estamos en el camino correcto.

No se trata de responder con una frase específica, concreta, como si de un eslogan vital se tratase. Lo importante es comprobar, desde la propia subjetividad, hasta qué punto podemos llegar a reconocer una serie de ideas e imágenes que identificamos con nosotros mismos. La respuesta a la pregunta «¿quién soy?» está siempre más allá de las palabras.

Por eso merece la pena detectar hasta qué punto ciertas sensaciones de malestar pueden tener su foco en estas dudas acerca del significado de la propia existencia y la propia identidad.

Si no podemos responder a esta pregunta, ello puede significar que estamos pasando por una crisis de identidad, un periodo de nuestra vida en el que podemos experimentar profundas dudas sobre nosotros mismos, dudas sobre el sentido de la existencia acompañadas de sentimientos de vacío, soledad.

Cuando conseguimos responder de nuevo a esta pregunta, nos volvemos a reenganchar al ritmo de los acontecimientos que suceden en nuestra vida, consiguiendo ser, esta vez, mucho más conscientes de lo que nos rodea y más realistas en nuestros pensamientos. Volvemos a empoderarnos frente a la vida.

La identidad se va forjando a lo largo de la vida, pero hay una etapa o periodo crítico en que tiene especial relevancia: la adolescencia. Ya lo resaltaba el psicólogo Erik Erikson en su Teoría del Desarrollo Psicosocial. Erikson afirmó que el mayor obstáculo que debe enfrentar el desarrollo de los adolescentes es el establecimiento de una identidad. Para el autor, la construcción de la identidad no se puede entender sin la interacción con los demás.

El “¿quién soy?” también afecta y se ve afectado por la autoestima: ¿Me quiero mucho o poco o nada? ¿Soy lo que quiero ser?, y la autoeficacia: ¿Soy capaz de ir a dónde quiero ir? ¿Soy capaz de ser lo que quiero ser? por tanto, saber quién eres te hace más fuerte y, a pesar de las adversidades que puedan presentarse en tu vida, te ayuda a superar las dificultades.

La identidad tiene un gran componente emocional, y saber “quien soy” también lo tiene. De manera resumida, algunas de las características que debes de considerar respecto a la construcción de la identidad son las siguientes:

La identidad se desarrolla en interacción con otros.
La identidad es una definición socialmente construida del ser.
La identidad es un fenómeno subjetivo, con un fuerte componente emocional.
La formación de la identidad implica un proceso de reconocimiento y de valorización de uno mismo y de las posibilidades para hacer frente a los retos.

Saber “quién soy” puede no ser siempre fácil. Y para algunos individuos se convierte en una pregunta complicada, pues les da miedo afrontar la realidad. Cuando no sabes quién eres, ni dónde estás, ni sabes el camino que quieres seguir en la vida, la ansiedad, el malestar y el miedo pueden tomar el control sobre ti. Esto es lo que se conoce como una crisis existencial, y puede ser mentalmente muy agotador, además de provocar trastornos psicológicos si no se resuelve la situación de manera correcta.

La crisis existencial es una crisis de identidad, y la solución está en volver a conectar con uno mismo.

El secreto: Define un propósito.

Fuente: Psicología y Mente