La alfabetización mediática, una urgente estrategia para fomentar la autoestima y combatir la cosificación de la mujer

Históricamente, las mujeres han sido vistas como inferiores a los hombres y han sido sometidas a discriminación, violencia y cosificación. Para combatir estos problemas, es esencial desarrollar estrategias que fortalezcan la autoestima de las mujeres y desafíen la cosificación de las mujeres en la sociedad.

La cosificación de la mujer vende. Lo anterior es una dolorosa causa raíz del porqué se promueve utilizar a la mujer como objetos de atracción y seducción que generan ganancias a las grandes marcas de todo tipo de productos y servicios.

Al promover la alfabetización mediática, las mujeres pueden analizar críticamente los mensajes que reciben de los medios y desafiar los estereotipos dañinos y la cosificación. En particular generar una consciencia del valor de las personas y evitar que, de manera incosciente, las mismas mujeres busquen participar en actividades y actitudes que las cosifiquen.

A través de la lente de la teoría de la cosificación, las mujeres son cosificadas sexualmente hasta el punto de ser tratadas como objetos inanimados. Esto puede tener una serie de consecuencias negativas, que incluyen disminución de la autoestima, insatisfacción corporal e incluso problemas de salud mental.

Una estrategia para promover la alfabetización mediática es incorporar el análisis de los medios en el aula. Al analizar anuncios y otras formas de medios, los estudiantes pueden obtener una comprensión más profunda de cómo se retrata a las mujeres en los medios y cómo estas representaciones pueden afectar la autoestima y la imagen corporal. Además, los programas de alfabetización mediática pueden promover el pensamiento crítico y alentar a los estudiantes a desafiar los estereotipos dañinos y la cosificación.

Al empoderar a las mujeres con las herramientas para analizar críticamente los mensajes de los medios, podemos promover una sociedad más equitativa y justa.

La tutoría y el apoyo son estrategias esenciales para empoderar a las mujeres y desarrollar su autoestima. Las relaciones de mentoría ofrecen un espacio seguro para que las mujeres hagan preguntas, busquen consejos y reciban retroalimentación sobre sus ideas y aspiraciones.

Un estudio realizado por la Asociación Estadounidense de Mujeres Universitarias encontró que las mujeres que tenían acceso a mentores y modelos a seguir tenían más probabilidades de tener éxito en sus carreras. Los mentores pueden proporcionar comentarios valiosos sobre el desarrollo profesional y ayudar a las mujeres a identificar y perseguir sus objetivos.

Diez mitos sobre la vida de las mujeres

En una publicación anterior mencioné el libro de Marcus Buckingham ‘La mujer que lo tiene todo’ respecto a su visión acerca del desequilibrio para que la Mujer encuentre plenitud en la vida (Ve a la publicación aquí).

En esta ocasión comparto los 10 mitos que Buckinham señala acerca de la vida de las mujeres, espero te sea de valor tener presentes estas perspectivas:

1. Como resultado de tener mejor preparación académica, mejores trabajos y mejores salarios, las mujeres hoy en día son más felices y se sienten más realizadas que hace cuarenta años. 
En realidad, lo opuesto es verdad. Encuestas realizadas a más de 1.3 millones de hombres y mujeres revelan que hoy en día las mujeres son menos felices de lo que eran hace cuarenta años atrás y en comparación con los hombres. 

2. A medida que envejecen, las mujeres se vuelven más dedicadas y se sienten más satisfechas. 
No, esto les ocurre a los hombres. Según un estudio realizado con cuarenta y seis mil hombres y mujeres, y que duró cuarenta años, las mujeres comienzan la vida sintiéndose más satisfechas que los hombres, y luego comienzan gradualmente a sentirse menos satisfechas con cada aspecto de sus vidas: el matrimonio, las finanzas, sus posesiones, y hasta la familia. 

3. En el trabajo, las mujeres están relegadas a posiciones con roles inferiores. 
En realidad, un porcentaje más alto de mujeres (37%) tiene trabajos de gerencia o supervisión, en comparación con los hombres (31%). 

4. La mayoría de los hombres piensa que el varón debe ser el proveedor primario de la casa y que la mujer debe ser la principal responsable del hogar y la familia. 
La mayoría de los hombres solía pensar esto. El setenta y cuatro por ciento de los hombres estaba de acuerdo con esta información en 1977, Hoy en día, sin embargo, ese número se ha reducido a sólo un cuarenta y dos por ciento – lo que resulta ser casi exactamente el porcentaje de mujeres que está de acuerdo con ella (treinta y nueve por ciento). La opinión sobre qué roles son más apropiados para que desempeñen los hombres o las mujeres no está determinada hoy en día por el género. 

5. Las mujeres preferirían trabajar para otras mujeres. 
Para la mayoría no es así. De hecho, casi el doble más de las mujeres quiere trabajar bajo la dirección de hombres en vez de mujeres –cuarenta por ciento comparado veintiséis por ciento-, y al restante le da lo mismo uno o el otro. 

6. Si las mujeres tuvieran más tiempo libre, se sentirían menos estresadas. 
No parece ser cierto. Según un estudio que duró veinticinco años, cada hora extra de tiempo libre duplica la sensación de relajamiento en un hombre, pero no tiene ningún efecto en la mujer. 

7. Las mujeres se sienten más felices cuando tienen hijos. 
No necesariamente. Resulta que los hijos producen mucho estrés. Todos los estudios que asocian el estrés y la satisfacción con la maternidad revelan la misma conclusión: las mujeres casadas con hijos siempre están más estresadas y son menos felices que las mujeres casadas sin hijos. (Amo mis hijos, y tú también, pero este hallazgo ha sido repetido tantas veces y en tantos países diferentes, que no puede ignorarse).

8. Los hijos quieren pasar más tiempo con las madres que trabajan fuera del hogar. 
No de acuerdo a los hijos. La mayoría de las madres cree que sí, pero cuando se les preguntó a mil niños entre el tercer grado y el duodécimo grado qué era lo que más querían de sus madres, sólo el diez por ciento dijo ‘más tiempo’. La respuesta más frecuente (34%) fue: ‘Quiero que mi mamá no esté tan estresada ni cansada’ 

9. Las mujeres son buenas en llevar a cabo multitareas y esto las ayuda a completar todas sus tareas. 
Dos ‘no’ a esta afirmación. En primer lugar, las mujeres no son mejores que los hombres con respecto a las multitareas (ten en cuenta que estas son pruebas en un laboratorio, no en tu casa). En segundo lugar, las investigaciones muestran que tu cociente de inteligencia baja diez puntos cuando tratas de hacer dos cosas a la misma vez; o sea, las multitareas son una forma bonita de decir ‘atención dividida’ 

10. Las mujeres hacen más trabajo en el hogar por semana que los hombres. 
Listo, este es cierto. (Diecisiete horas para las mujeres y trece horas para los hombres). 

La Mujer plena debe desequilibrarse

Soy un promotor del equilibrio como factor para lograr la excelencia personal y profesional. En mis libros Equilibrios de Excelencia y Líder de Líderes, propongo identificar las consecuencias que generan comportamientos extremos, radicales, y planteo las ventajas y consecuencias positivas de alcanzar el equilibrio entre dos extremos que se contraponen o que se complementan.

Recientemente me he encontrado con una recomendación que se confronta con el paradigma del equilibrio y que tiene que ver, específicamente, con las mujeres que trabajan.

Debo decir que me ha llamado poderosamente la atención la propuesta de Marcus Buckingham en su libro La mujer que lo tiene todo: Crea tu mejor vida. Que si bien su concepto de equilibrio dista mucho del modelo de Equilibrio de Excelencia que planteo en mis libros; sin lugar a dudas tiene elementos por demás interesantes. Como mi filosofía es la apertura a reconocer diferentes formas de pensamiento, comparto contigo parte de lo que Buckinham plantea al respecto:

Existe una pseudo-sabiduría popular que nos dice que lo mejor es tender al equilibrio en todas las áreas de nuestra vida. Como si el objetivo fuera compartimentar en distintos “pedacitos” nuestras vidas y rellenarlos todos hasta conseguir un equilibrio. Así tendríamos áreas como:

  • mi relación de pareja
  • mi trabajo
  • mi momentos de juego con los niños
  • cuidar a mi padre
  • ir al gimnasio (salud)
  • salir con las amigas
  • mi espiritualidad

y un sin fin más de áreas posibles según las circunstancias de cada persona. Luchar por mantener vivas y equilibradas todas estas parte de tu vida no te llevará a sentirte más satisfecha, quizás si, más exhausta ¿Por qué? Porque seguramente no todas esas áreas son parte de tu verdad. Quizás no disfrutes jugando con los niños, quizás a ti te llene más escucharlos cuando tienen un problema, así que, ¿para qué buscar equilibrio en esa área?

Lo que buscas es plenitud y no más equilibrio.

Es decir, eres una sola persona, con un sólo corazón y tu vida es sólo una, no hay necesidad de compartimentar nada. Cada parte de tu vida debe tener momentos intensos, sino esas responsabilidades acabarán drenando tu energía y sentirás cada día menos interés por ellas.

Por tanto:

  1. Revisa en qué áreas u obligaciones has dividido tu vida y busca en cada una de ellas al menos dos momentos intensos (para ello ten en cuenta tus papeles principal y secundario)
  2. Escríbelos y busca la manera de desequilibrar tu vida hacia esos momentos intensos.
  3. Préstales atención, investígalos. Verás que te repetirás mucho frases como “nunca había notado esto antes…”, “no me había dado cuenta que…” y te conocerás mucho mejor a ti misma y a tu verdad.
  4. Celebra esos momentos intensos, es decir, hónralos, y haz que formen parte de tus prioridades.
  5. Finalmente, si en algún área realmente no encuentras ningún momento intenso, busca la manera de dejar de lado esa área y desequilibra tu vida hacia aquellas que si los tienen, sólo así serás fiel a ti misma.

¿Qué opinas? Buscarás el equilibrio o el desequilibrio para ser una Mujer que vive la vida con plenitud?