En una publicación anterior mencioné el libro de Marcus Buckingham ‘La mujer que lo tiene todo’ respecto a su visión acerca del desequilibrio para que la Mujer encuentre plenitud en la vida (Ve a la publicación aquí).
En esta ocasión comparto los 10 mitos que Buckinham señala acerca de la vida de las mujeres, espero te sea de valor tener presentes estas perspectivas:
1. Como resultado de tener mejor preparación académica, mejores trabajos y mejores salarios, las mujeres hoy en día son más felices y se sienten más realizadas que hace cuarenta años.
En realidad, lo opuesto es verdad. Encuestas realizadas a más de 1.3 millones de hombres y mujeres revelan que hoy en día las mujeres son menos felices de lo que eran hace cuarenta años atrás y en comparación con los hombres.
2. A medida que envejecen, las mujeres se vuelven más dedicadas y se sienten más satisfechas.
No, esto les ocurre a los hombres. Según un estudio realizado con cuarenta y seis mil hombres y mujeres, y que duró cuarenta años, las mujeres comienzan la vida sintiéndose más satisfechas que los hombres, y luego comienzan gradualmente a sentirse menos satisfechas con cada aspecto de sus vidas: el matrimonio, las finanzas, sus posesiones, y hasta la familia.
3. En el trabajo, las mujeres están relegadas a posiciones con roles inferiores.
En realidad, un porcentaje más alto de mujeres (37%) tiene trabajos de gerencia o supervisión, en comparación con los hombres (31%).
4. La mayoría de los hombres piensa que el varón debe ser el proveedor primario de la casa y que la mujer debe ser la principal responsable del hogar y la familia.
La mayoría de los hombres solía pensar esto. El setenta y cuatro por ciento de los hombres estaba de acuerdo con esta información en 1977, Hoy en día, sin embargo, ese número se ha reducido a sólo un cuarenta y dos por ciento – lo que resulta ser casi exactamente el porcentaje de mujeres que está de acuerdo con ella (treinta y nueve por ciento). La opinión sobre qué roles son más apropiados para que desempeñen los hombres o las mujeres no está determinada hoy en día por el género.
5. Las mujeres preferirían trabajar para otras mujeres.
Para la mayoría no es así. De hecho, casi el doble más de las mujeres quiere trabajar bajo la dirección de hombres en vez de mujeres –cuarenta por ciento comparado veintiséis por ciento-, y al restante le da lo mismo uno o el otro.
6. Si las mujeres tuvieran más tiempo libre, se sentirían menos estresadas.
No parece ser cierto. Según un estudio que duró veinticinco años, cada hora extra de tiempo libre duplica la sensación de relajamiento en un hombre, pero no tiene ningún efecto en la mujer.
7. Las mujeres se sienten más felices cuando tienen hijos.
No necesariamente. Resulta que los hijos producen mucho estrés. Todos los estudios que asocian el estrés y la satisfacción con la maternidad revelan la misma conclusión: las mujeres casadas con hijos siempre están más estresadas y son menos felices que las mujeres casadas sin hijos. (Amo mis hijos, y tú también, pero este hallazgo ha sido repetido tantas veces y en tantos países diferentes, que no puede ignorarse).
8. Los hijos quieren pasar más tiempo con las madres que trabajan fuera del hogar.
No de acuerdo a los hijos. La mayoría de las madres cree que sí, pero cuando se les preguntó a mil niños entre el tercer grado y el duodécimo grado qué era lo que más querían de sus madres, sólo el diez por ciento dijo ‘más tiempo’. La respuesta más frecuente (34%) fue: ‘Quiero que mi mamá no esté tan estresada ni cansada’
9. Las mujeres son buenas en llevar a cabo multitareas y esto las ayuda a completar todas sus tareas.
Dos ‘no’ a esta afirmación. En primer lugar, las mujeres no son mejores que los hombres con respecto a las multitareas (ten en cuenta que estas son pruebas en un laboratorio, no en tu casa). En segundo lugar, las investigaciones muestran que tu cociente de inteligencia baja diez puntos cuando tratas de hacer dos cosas a la misma vez; o sea, las multitareas son una forma bonita de decir ‘atención dividida’
10. Las mujeres hacen más trabajo en el hogar por semana que los hombres.
Listo, este es cierto. (Diecisiete horas para las mujeres y trece horas para los hombres).



El siglo 21 (XXI) se ha caracterizado por:
Zygmunt Bauman, acertado filósofo y sociólogo polaco (1925-2017), enfocó los últimos años de sus estudios y análisis en torno a la posmodernidad, la globalización, el consumismo y la nueva pobreza. De ahí surgió el concepto de modernidad líquida para explicar a las sociedades del mundo moderno. Para el sociólogo, la fragilidad del vínculo es la realidad de nuestras relaciones. De ahí lo de líquido, de la maleabilidad de la forma y de la facilidad de división de los elementos en estado líquido. Bauman estimaba la sociedad actual como un mundo ocasional. Gran parte de las personas que la conformamos buscamos la satisfacción momentánea: ese hecho puntual que nos alegra durante un minuto; al siguiente es desechado, y unos segundos después, casi olvidado. Según el ensayista, el amor relacional, el amor propio, también es líquido. ¿Cómo podemos querer a otra persona si antes no nos queremos a nosotros mismos? ¿Qué vamos a ofrecer si no tenemos nada valioso que ofrecer? ¿Con qué vamos a corresponder si nos ofrecen algo valioso? Nuestra falta de autoestima nos lleva a tener relaciones que se diluyen en cuestión de segundos.
Por ello, el término amor líquido, y todo cuanto se refleja en nuestra realidad actual, se nos escapa de las manos porque no somos capaces de solidificarlo y asirlo con la fuerza necesaria, ni siquiera el amor hacia nosotros mismos. Vivimos en el mundo efímero del instante como coleccionistas de eventos líquidos. Cada día nos cuesta más crear una realidad sólida formada de amor propio y relaciones verdaderas que duren en el tiempo con la consistencia requerida.