¿Productividad y Comercio del siglo 21 o Bullying Empresarial?

En las últimas décadas el RETAIL o comercio minorista ha demostrado ser el futuro en ventas al consumidor final.

¿Qué es el RETAIL? es el término en inglés para comercio al por menor o al detalle. Engloba el sector de negocios que va desde supermercados, pasando por tiendas de marca, grandes superficies, centros comerciales, hasta sucursales bancarias y en algunos casos restaurantes (ej. comida rápida). Está muy relacionado con las cadenas de tiendas, franquicias, centrales de compras y hasta negocios en línea (e-Retail).

Entre las características del sistema de negocios del retail se encuentran:

Fácil acceso de los consumidores (ya sea en grandes supermercados o en otros medios: catálogos, internet, etc.)

Grandes almacenes que funcionan como centros de distribución que ubicados en puntos estratégicos para abastecer a varias de sus tiendas; de hecho todo lo que concierne a la logística (distribución y almacenamiento) es considerado hoy en día una de las claves estratégicas del negocio.

Ventas a gran escala: es decir que adquieren grandes cantidades de productos ya elaborados reduciendo los costos de compra y distribución. Es allí donde está el gran secreto de sus precios relativamente bajos.

Distribución de marcas propias; en realidad se trata de un convenio con productores para reducir aún más el precio, por ejemplo la empresa compra a un precio muy bajo cierta mercadería, por lo general productos básicos (aunque esto se ha expandido a productos más elaborados), a productores menos conocidos pero de gran potencial y etiqueta estos productos con su propio nombre (el nombre del mismo supermercado o algún nombre de fantasía asociado).

Otro detalle llamativo del retail está precisamente en el hecho que no solo se venden productos “baratos” sino que la gran variedad y volumen de sus ventas atraen a marcas de renombre que los ofrecen a precios más cómodos, y tal como vemos en este sistema de ventas a gran volumen podemos encontrar incluso productos de alta tecnología, como televisores o computadoras de última generación (aunque lo más probable es que los productos «tope de la línea» o del más alto perfil sólo los podamos encontrar en locales especializados.

Dadas estas y otras características el retail ha llenado un espacio en el mercado tanto de artículos como el laboral y con tal eficiencia que es difícil imaginar nuestra economía sin estos tipos de negocios.

La innovación constante y la búsqueda constante de atraer a los consumidores (Clientes) son también parte de las características principales de este entorno de negocios. La empresa Wharton’s Jay H. Baker Retailing Initiative en conjunto con Verde y el Consejo de Retail de Canadá realizaron un estudio titulado Discovering ‘WOW’–A Study of Great Retail Shopping Experiences in North America (Descubriendo “WOW” – Un estudio de buenas experiencias de compra de Retail en América del Norte) del cual destacan cinco áreas principales que contribuyen a una gran experiencia de compra:

Compromiso: ser educado, cuidar el trato y estar genuinamente interesados en ayudar, reconocer y escuchar.

Excelencia de ejecución: Asesoramiento paciente a los consumidores, control de existencias de los productos, ayudar a los clientes a encontrar los productos, tener conocimiento del producto y proporcionar calidad del producto de manera inesperada.

Experiencia de marca: diseño de tienda y atmósfera interesante. Excelente calidad producto, lograr que los clientes se sientan especiales y que siempre encuentren algo para ellos.

Acelerar: ser sensibles al tiempo que los clientes esperan en las líneas de pago, ser proactivo ayudar a acelerar el proceso de compra.

Problema de recuperación: ayudar a resolver y compensar los problemas, mejora de la calidad y garantizar la satisfacción completa.

En cuanto a la experiencia de marca, la mayor innovación y competencia está en crear una atmósfera que apele a los receptores de estímulos: los sentidos. Ellos son capaces de generar una relación entre marca y cliente, a través una experiencia única.

Sin embargo, no todo es maravilloso en el modelo de negocios RETAIL. Su constante enfoque en la reducción de precios ha originado serios problemas en la cadena de suministro, en las condiciones laborales de los empleados y hasta en las comunidades en la que un negocio RETAIL se establece.

Personalmente he sido testigo de los reclamos de pequeñas empresas acerca del “abuso” del que han sido objeto al intentar o lograr ser parte del “selecto” grupo de proveedores de las grandes tiendas de autoservicio en México. Muy en específico de la cadena Wal-Mart.

A continuación parte del contenido de extenso artículo al respecto, y en el que la balanza entre la Excelencia Comercial y Productiva y el Bullying Empresarial, se inclina hacia el lado oscuro de los negocios del siglo 21:

El horrendo impacto de Wal-Mart sobre las vidas de cientos de millones de personas

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La violencia en las escuelas (Bullying)

En esta semana un grupo de políticos mencionaron que México ocupaba el primer lugar de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) en violencia y acoso escolar.
Dado que el tema es algo que me es familiar (yo mismo sufrí violencia escolar durante más de 2 años de uno de mis compañeros en la primaria) y por la referencia de mis hijas y sobrinos, es algo que aún se presenta en las escuelas tanto públicas como privadas hoy en día; decidí profundizar al respecto.
La aseveración de tales políticos tomó como referencia el Estudio Internacional sobre Docencia y Aprendizaje: Teaching and Learning International Survey (TALIS), presentada en México en Junio de 2009.

A año y medio de dicha presentación, el tema de violencia en las escuelas ha sido tratado de manera aislada por los diferentes gobiernos locales. De hecho, recientemente en un seminario sobre el tema, se reconoció que los maestros tienen poca o nula información al respecto.
En especial los maestros de escuelas públicas confunden un conflicto aislado entre alumnos, con el bullying; por lo que no establecen acciones que permitan tratar o disminuir el problema.

En un entorno en el que se ha dicho hasta el cansancio que una de las soluciones fundamentales para combatir al crimen organizado y a la violencia en general es la educación, no deja de ser preocupante el que no se atiendan de manera oportuna datos como estos.

Pero lo más decepcionante, es darse cuenta de que en la mimsa OCDE existe un programa especializado para hacer frente de manera integral a la violencia escolar; pero que México no es parte de ese programa.

El Plan Internacional aprender sin miedo es una campaña mundial para acabar con la violencia en la escuela, vale la pena conocer más al respecto: http://plan-international.org/aprendersinmiedo

Es una pena que un programa como el anterior se vea limitado por intereses de partido, políticos, gremiales y económicos, que condenen a una sociedad y su futuro a la mediocridad, y a vivir en un país donde se aplique y aprenda de manera cotidiana la Ley del más fuerte.

Vida, muerte, amor y su influencia en la calidad, la productividad y la competitividad

Es muy común escuchar que el empresario o jefe de un empleado le pida a éste que deje las «cosas personales», fuera del trabajo. Incluso muchas personas afirman tener esa habilidad de separar lo personal de lo laboral.
Ojalá así fuera.
La realidad es que, como más de una vez he comentado a mis Clientes, «al contratar a una persona, no sólo se consiguen dos manos y un cerebro, el paquete incluye también un corazón».
Cargar con los problemas personales en el trabajo y viceversa se conoce como el «síndrome del caracol» y se estima que anualmente se pierden en México 23 millones de horas de trabajo por problemas familiares y/o personales.
El ausentismo, el pobre rendimiento, las llegadas tarde, la poca paciencia con el jefe, los errores en el trabajo, la mala relación con los compañeros y, en general, la baja productividad; son algunas de las formas en que los problemas personales pueden afectar el trabajo de una persona.
Las implicaciones que se tienen de un entorno en donde la vida es una tragedia, la muerte se plantea como una amenaza diaria y el amor como una fuga para lograr, al menos un pedazo de cielo momentáneo; definitvamente afectan el resultado y clima de una organización.
Los problemas familiares y económicos que afectan a la mayoría de los trabajadores de todos los niveles, son variables que tienen un impacto en su rendimiento. Dependiendo de la personallidad de cada individuo, para algunos será motivo de una baja considerable de su enfoque en su actividad; mientras para otros, el trabajo será su refugio, se mantendrán ocupados y hasta dedicarán más horas de su jornada normal; aunque esto no significa que serán efectivos ni que contribuirán de manera significativa al cumplimiento de los objetivos de su organización.
En el país se ha desatado una ola de violencia que ocupa los encabezados y el grueso de las noticias locales y nacionales. Hay una «guerra» contra la delincuencia. Esto afecta el sentido de vida y de muerte que normalmente se tiene en la sociedad. De manera breve se puede decir que se refuerza la importancia de «vivir al máximo», ya que la vida no está garantizada.
Lo anterior, sumado al debilitamiento de los valores fundamentales que promueven el respeto a la vida propia y de los demás, generan un entorno crítico que refuerza el círculo vicioso de degradación social y del individuo mismo.
Los centros de trabajo, las escuelas y los grupos religiosos, se convierten en los refugios de una sociedad que vive al día, tiene miedo y acumula sentimientos que van desde la frustración, hasta la euforia por lograr hacer la diferencia… para bien o para mal.
Las organizaciones que logren generar un entorno laboral ordenado, congruente y equitativo, serán las que se conviertan en un refugio de convivencia productiva, que promueva la trascendencia del individuo a través del logro de las metas organizacionales.
Promover la mejora, reconocer el cumplimiento y reforzar la disciplina en un entorno equitativo y respetuoso; es el camino para crear un oasis de productividad en una sociedad que se mantiene al borde de una «delgada línea roja».