¿El dinero puede comprar la felicidad?

Sé positivo y encontrarás el éxitoLa relación entre la felicidad y el dinero ha sido motivo de análisis desde diferentes perspectivas y enfoques en varios artículos previos (busca felicidad en el buscador de este blog). En un estudio reciente de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS) del Reino Unido sugiere que el dinero que una persona acumula puede hacer la diferencia.

Puede parecer muy obvio que la gente con altos ingresos, hablando de manera general, son más felices que aquellos que batallan para ganar el dinero. A los primeros les preocupa menos pagar las cuentas, tienen mayores posibilidades de elegir el lugar en donde viven o trabajan, además de que pueden obtener los satisfactores para ellos mismos y los que aman. Sin embargo, tener dinero no lo es todo. De hecho, la forma en que se obtiene el dinero y cómo se gasta, tiene mayor importancia que ser rico.

Cuando se revisan estos resultados, se debe entender qué significado tiene el término “felicidad”. La investigación la divide en dos componentes; los cuales debe cumplir una persona para ser considerada como “feliz”.

El primero de ellos es evaluativo, el cual puede ser definido como un Sentido Positivo de la Vida; es decir la persona está satisfecha con su vida y siente que progresa para alcanzar sus objetivos. En este componente los investigadores han encontrado que la gente en países ricos es más feliz que los que viven en países pobres. Esto se debe a que la lucha por obtener casa, vestido, educación y servicios de salud; generan molestias, estrés y enfermedades; por ello, un ligero incremento en los ingresos puede aliviar o prevenir estas situaciones.

El otro componente de la felicidad es conocido como afectivo y se enfoca en qué tan a menudo los individuos experimentan emociones positivas como la alegría, afecto y paz; en contraposición a las que se consideran negativas. En este aspecto los investigadores han encontrado que ingresos muy altos (superiores a los $75,000 dólares anuales), no se reflejan en un aumento en la frecuencia de las emociones positivas relacionadas con la felicidad. En otras palabras, la gente puede sentirse bien por el dinero que tienen; pero no experimentan alegría, por ejemplo.

ONS felicidad 2012

En el estudio de la ONS, se encontró que la forma en que se gana el dinero influye en los sentimientos relacionados con la felicidad. Si la forma de obtenerlo genera orgullo en la persona, el resultado es mayor satisfacción y viceversa.

Además, la forma en que se gasta el dinero también influye en el sentimiento de felicidad. Si el dinero es utilizado como un medio para contribuir con la sociedad, en lugar de ser sólo una cuestión de abundancia material; entonces el impacto es significativamente positivo. Los investigadores concluyen que si bien las cosas materiales duran más, son las relaciones y experiencias obtenidas las que influyen en el sentimiento de felicidad.

Fuente: http://www.weforum.org/agenda/2015/09/can-money-buy-you-happiness/

El fin de un año… tiempo de agradecer

gracias

El final de un año representa el cierre de un ciclo de vida natural. Es un momento propicio para la reflexión de lo que se ha logrado y de lo que se ha fallado; de lo que se ha ganado y lo que se ha perdido; de quienes han llegado y los que se han ido.

El final de un año es propicio para liberarnos, para perdonar, para visualizar un mejor futuro; pero en especial, es el momento de agradecer.

Por ello en este espacio debo agradecer a ti que nos visitas en este blog. ¡GRACIAS! por que día a día nos motivas a mejorar y seguir compartiendo estos temas que nos apasionan.

El poder del agradecimiento es una realidad y es un elemento fundamental de la inteligencia emocional. Ser agradecido tiene que ver con el auto conocimiento, con la empatía, con la socialización y muy en particular con el liderazgo.

Un Líder agradecido, será capaz de:

  • Reconocer a sus colaboradores.
  • Construir lealtad y compromiso en su gente.
  • Establecer relaciones Ganar-Ganar.
  • Compartir sus conocimientos y experiencia.
  • Desarrollar a otros líderes.
  • Ser optimista para construir un mejor futuro, a pesar de las condiciones presentes.
  • Desarrollar resiliencia.

La Doctora Beatriz Pelayo menciona en su libro «Inventario de Gratitud» que practicar la gratitud de manera cotidiana tiene efectos profundos en nuestro cerebro, cuando expresamos gratitud activamos regiones como el córtex prefrontal medial y el sistema límbico, estas áreas liberan neurotransmisores como la dopamina y la serotonina que promueven una sensación de bienestar general.

La práctica regular de la gratitud puede moldear nuestro cerebro, fortaleciendo las conexiones neuronales asociadas con la felicidad, la resiliencia y el rendimiento. La gratitud promueve la conexión humana, la generosidad y el aprecio por lo que se tiene. Es un hábito por medio del cual reconocemos y valoramos la bondad.

La gratitud fortalece las conexiones neuronales relacionadas con la recompensa y la empatía, lo que nos permite experimentar mayor satisfacción; también reduce la actividad en la amígdala, responsable del procesamiento del miedo y el estrés, lo que ayuda a regular nuestras emociones y enfrentar los desafíos con mayor resiliencia. Estos efectos positivos se suman para crear un ciclo virtuoso que potencia nuestra salud emocional, mental y física.

Por su parte Louise Hay (1926 – 2017) escritora de númerosos libros y apasionada de la importancia de agradecer, nos dijo:

Cuando nos sentimos agradecidos por nuestras experiencias pasadas y presentes, transcendemos los juicios de lo que consideramos que está bien o mal. Pasamos de ser víctimas a ser conscientes de nuestro poder de elección. Podemos elegir agradecer las oportunidades que nos ofrece la vida de aprender y avanzar o podemos simplemente quejarnos de lo que nos ha tocado vivir. Cuando agradecemos lo que nos sucede, le estamos diciendo Sí, a la vida; Sí estoy dispuesta/o a aprender las lecciones que he venido a aprender, ya sean de relaciones, laborales, de salud, económicas o profesionales.

Sin embargo, agradecer lo que aparentemente puede parecer un desastre es bastante más difícil que sentir agradecimiento cuando todo nos va sobre ruedas. Agradecer no implica negar el dolor, pero cuando transcendemos el dolor, la rabia, etc., agradeciendo la situación que nos ha tocado vivir, nos abrimos a las infinitas posibilidades que nos brinda la vida de avanzar hacia más felicidad y más plenitud.

Muchas personas han declarado que después de sufrir desengaños, pérdidas, enfermedades, incluso vivencias tremendamente traumáticas, se han sentido agradecidos por las experiencias que les han aportado:

  • La pérdida de un ser querido les ofreció la oportunidad de valorar a los personas que aún estaban a su lado, de agradecer los momentos vividos junto a la persona que falleció y a ser más amorosos y tolerantes con los demás.
  • Las dificultades económicas les ofreció la oportunidad de apreciar lo que ya tenían y a emplear sus recursos personales yacentes, para crear más prosperidad y abundancia en su vida.
  • La separación de su pareja, les brindó la posibilidad de ser independientes económicamente y a mejorar su autoestima, ofreciéndoles a su vez una nueva relación, más profunda y sincera.
  • Una enfermedad les ayudó a sanar su relación con el pasado, a perdonar, liberándolos del enorme peso del resentimiento.
  • El traslado a otra ciudad, les ayudó a expandir sus horizontes, conocer a otras personas y a superar limitaciones que quizás no hubiesen logrado quedándose en su ciudad.
  • Un problema laboral, les empujó a salir a buscar otro puesto más satisfactorio a nivel creativo y económico.

Agradecer todo lo que estamos viviendo en el presente, aunque momentáneamente no veamos el porqué de una situación dolorosa, nos da el poder y la energía necesaria para realizar cambios positivos. Nos ofrece la oportunidad de crecer y de avanzar en todos los aspectos de nuestra vida.

Si nos quedamos en el victimismo, quejándonos de nuestra mala suerte, perdemos la oportunidad de sacar todo nuestro potencial a la luz, nuestra creatividad, nuestros talentos, nuestros recursos internos, nuestro SER.

Cuando nos ocurre algo que no entendemos, podemos preguntarnos ¿qué puedo/qué necesito aprender de esta situación? ¿Cómo puedo mejorar mi vida y la de los que me rodean? ¿Qué lecciones esconde este acontecimiento?

Siempre podemos elegir. El momento de poder está siempre en el presente y es sólo transcendiendo lo aparentemente nefasto que podemos cambiar el futuro.

Es en el presente que creamos nuestro futuro. Toma tu poder y actúa: Agradece la oportunidad que te ofrece la vida de aprender y de avanzar hacia tu verdadero ser, tu esencia más profunda y a alcanzar tus sueños.

Es pues momento de agradecer, y por esa razón, TE AGRADEZCO tu compañía en este año que termina, confío en que seguiremos caminando en los senderos de la Inteligencia Emocional y la Productividad el próximo año.

Te dejo un par de videos como reflexión del poder del agradecimiento.