En memoria de Eli Goldratt

Este 11 de Julio se cumple un mes del fallecimiento del Dr Eliyahu M. Goldratt, autor del libro «La Meta» el cuál significó un cambio de paradigma en la literatura de negocios.

Hacer de lo complejo algo simple, era tal vez la virtud más destacable de la inteligencia del Dr Goldratt.
Hace un poco más de 10 años tuve la oportunidad de asistir a uno de sus seminarios vía satélite, y fue una experiencia única, enriquecedora y reveladora. Goldratt era un verdadero «gurú», pero real, práctico, enfocado en la productividad, o como el lo llamaba: «Troughput».
Una mente brillante y un espíritu incansable en la búsqueda de la Mejora Continua.

«Hacen falta genios en vida» dice una canción del grupo Mecano en honor de Salvador Dalí; bien puede aplicar para el Dr Eli Goldratt.

Descanse en Paz.
A continuación un video acerca de la resistencia al cambio, uno de los temas tratados en su último libro: ¿No es obvio?

Me permito reproducir el obituario de uno de sus seguidores en España, Mario Calvet:

ELIYAHU M. GOLDRATT

ELIYAHU M. GOLDRATT
Hace 64 años nació un gigante. El doctor Eliyahu Goldratt empleó toda su vida adulta y profesional a la batalla para demostrar que este mundo puede ser mejor. Muchos de nosotros pensamos que realmente es posible conseguirlo y que personas como Eli Goldratt son referentes para esforzarnos en conseguirlo. Para ello, hemos de tener el valor de asumir grandes retos, poner en duda nuestros supuestos y creencias de forma que podamos crear y mejorar. En definitiva utilizar el potencial del pensamiento, tal y como Goldratt nos ha recomendado y en muchos casos enseñado a hacer.
Aplicando estos principios en diversas áreas de gestión y desarrollo de las organizaciones, Eli Goldratt creó la “Teoría de las Restricciones“. Su legado es incalculable. No solo a través de sus libros, como el best seller “La meta” o sus videoconferencias mundiales vía satélite, sino a través de su gigantesco esfuerzo personal en crear una comunidad de mejora. Probablemente, la sociedad tardará tiempo en apreciar en toda su amplitud la contribución de Goldratt.
Este once de junio de 2011, Goldratt murió en su casa de Israel, en compañía de sus familiares y amigos íntimos.
La fuerza y la pasión de Eli, le permitieron dedicar sus últimos días a transmitir y compartir sus últimos pensamientos y percepciones innovadoras, a un grupo de colegas que se han comprometido a transferir estos conocimientos, a la comunidad de TOC (theory of constraints) como se conoce internacionalmente a los que participamos en ella, en particular, así como a la sociedad en general.
Como dijo Eli: “Sonrío y empiezo a contar con mis dedos:
Uno, la gente es buena.
Dos, todo conflicto puede ser resuelto.
Tres, toda situación, no importa lo compleja que inicialmente pueda parecer, es sorprendentemente simple.
Cuatro, toda situación se puede mejorar substancialmente; y ni el cielo es el límite.
Cinco, cada persona puede llegar a tener una vida plena.
Seis, siempre hay una solución en la que todos ganan.
¿Sigo contando?»

En este vínculo de colegas en consultoría de Ecuador, encontrarás un excelente resumen de sus libros:

Responsabilidad y Rendición de Cuentas (accountability)

Hace unos años, el director de la empresa en la que laboraba, escribió en el pintarrón de la sala ejecutiva la palabra “accountability”. A partir de ese día, la esgrimió para hacer que todos quienes formábamos el staff, “asumiéramos nuestra responsabilidad y rindiéramos cuentas de manera objetiva y oportuna”.

Siendo un grupo de profesionales el “accountability” fue rápidamente convertido en una práctica de gestión cotidiana, y a pesar de las complicaciones, fue un placer haber pertenecido a ese grupo que tantos logros alcanzó.

La palabra “accountability” es comúnmente traducida al español como responsabilidad, pero es un hecho que esa descripción se queda corta en el entorno organizacional.

Ser “accountable” significa mucho más que cumplir con tu puesto o para lo que fuiste contratado. Incluye la obligación de hacer las cosas cada día mejor, buscar la excelencia y hacer todo cuanto sea necesario para contribuir a los resultados de la organización a la que perteneces. Implica compromiso, proactividad, un enfoque constante en la productividad y el agregar valor.

Si bien la responsabilidad y la rendición de cuentas son elementos de una conducta que refleja madurez y profesionalismo; hay que reconocer que existen enormes oportunidades de que esta conducta sea un hábito en las organizaciones de hoy en día.

Las razones de la falta de “accountability” son muy variadas, pero en general se podría resumir en una sóla: es más fácil echarle la culpa al otro que asumir la parte de responsabilidad que nos corresponde.

¿Qué tan “accountable” eres?

A continuación un sencillo listado de conductas que reflejan la capacidad de una persona para asumir la responsabilidad y rendir cuentas de manera profesional.

En una escala del 1 al 10, siendo 1 como “nunca” y 10 “siempre”, califica tu nivel de “accountability”. Tu calificación aplica tanto para el trabajo como para tu vida personal.

1. Me comunico con regularidad y de manera objetiva.

2. Si no entiendo algo, procuro obtener más información.

3. Soy dueño de mis problemas y circunstancias.

4. Cuando cometo un error, lo admito.

5. Soy proactivo, me gusta tomar la iniciativa.

6. Pregunto todo lo que necesito para hacer mi trabajo.

7. Analizo mis actividades y me pregunto ¿Cómo contribuye esto a los objetivos de la organización?

8. Analizo mis actividades y me pregunto ¿qué más puedo hacer?

9. Me doy el tiempo y me concentro cuando es hora reportar lo que he hecho.

10. Me gusta la retroalimentación.

Si tienes una posición de autoridad:

11. Desarrollo y promuevo la responsabilidad y la rendición de cuentas en la gente que está a mi cargo.

12. Soy asertivo ante la falta de responsabilidad y rendición de cuentas de otros.

Obviamente, mientras más alto sea tu puntaje, es mejor. Revisa aquellos aspectos en que tu calificación es baja y piensa qué puedes hacer para mejorar.

Si fuiste honesto contigo (¿hay otra opción?), entonces tendrás los elementos para sobresalir y desarrollarte en cualquiera que se la actividad que realices, ya que de seguro tu organización valorará las contribuciones que realizas, más allá de lo que marca tu descripción de puesto.

Por último, un ejemplo clásico de la responsabilidad y rendición profesional de cuentas contra la conducta tradicional de aquel que se limita a “hacer la chamba”.

Juan trabajaba en una empresa desde hace dos años, siempre fue muy serio, dedicado y cumplidor de sus obligaciones, llegaba puntual y estaba orgulloso de que en dos años nunca recibió una amonestación.

Cierto día buscó al gerente para hacerle un reclamo:

–Señor, trabajo en la empresa hace dos años con bastante esmero y estoy a gusto con mi puesto, pero siento que he sido postergado. Mire, Rogelio ingreso a un puesto igual que al mío hace sòlo 6 meses y ya está siendo promovido a Supervisor.

–Uhmmmm – mostrando preocupación el gerente le dice: -Mientras resolvemos esto, quisiera me ayudes a resolver un problema. Quiero dar fruta al personal para la sobremesa del almuerzo de hoy. En la bodega de la esquina venden fruta. Por favor, averigua si tienen naranjas.

Juan se esmeró en cumplir con el encargo y en 5 minutos estaba de vuelta.

–Bueno Juan, ¿qué averiguaste?

–Señor, tienen naranjas para la venta.

–¿Y cuánto cuestan?

–Ah… No pregunte por eso.

–Ok, pero ¿viste si tienen suficientes naranjas para todo el personal?

–Tampoco pregunté por eso señor.

–¿Hay alguna fruta que pueda sustituir la naranja?

–No sé señor, pero creo…

–Bueno, siéntate un momento. –El gerente tomó el teléfono y mandó llamar a Rogelio. Cuando éste se presentó, le dio las mismas instrucciones que le diera a Juan anteriormente, y en 10 minutos estaba de vuelta. Cuando Rogelio retornó el gerente pregunta:

–Y bien Rogelio ¿qué noticias me tienes?

–Señor, tienen naranjas, lo suficiente, para atender a todo el personal y si prefiere también tiene plátano, papaya melón y mango. La naranja está a $7.50 pesos el kilo. El plátano a $5.20, el mango a $9.00 el kilo, la papaya y el melón a $5.80 pesos el kilo. Me dice que si le compra una buena cantidad nos dará un descuento del 8 %. He dejado separada la naranja, pero si usted escoge otra fruta debo regresar para confirmar el pedido.

–Muchas gracias Rogelio, pero espera un momento…

Se dirige a Juan, que aún seguía esperando estupefacto y le dice:

–Juan, ¿qué me decías?

–Nada señor, eso es todo con su permiso…

MORALEJA: Es importante hacer nuestro mejor esfuerzo aun con las tareas más sencillas, ya que de otra forma nadie nos confiará tareas de mayor importancia. Todas las veces que empleamos correctamente la información, tenemos la oportunidad de imprimir nuestra marca personal.

Tomado de una cadena de internet

Mucho trabajo ¿productivo?

Esta semana la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), publica el informe anual de estadísticas sociales, en donde resalta el lugar de México como el país que más trabaja (con paga y sin paga).
En el mismo informe se resalta también que México es el país que tiene mayor proporción de pobres en su población.
Ante esta paradoja (mucho trabajo, poca riqueza) surgen varias reflexiones obligadas. En este espacio nos enfocaremos en el sentido de la productividad.
Ser productivo, implica el aprovechamiento máximo de todos los recursos (tiempo, dinero, materiales, tecnología, esfuerzo, etc.) para obtener los mejores resultados. Desafortunadamente el enfoque de la productividad se centra sólamente en gastar menos y ganar más. Este enfoque hace que aspectos de bienestar humano, organizacional y hasta ambiental, se dejen de lado.

Por otra parte, la visión de corto plazo afecta de manera absoluta la conciencia de productividad mediano y largo plazo. a continuación algunos ejemplos:

  • Se desprecia dedicar tiempo a la adquisición de conocimientos que permitan automatizar tareas rutinarias. La función de correspondencia de MS Office es desconocida, o no es utilizada al menos,  por la mayoría de las secretarias.
  • Se menosprecia la documentación de un procedimiento que permita la repetición de una actividad con calidad y a la primera. Incluso las instrucciones son dejadas de lado y hasta que «nos atoramos» buscamos la solución en ellas.
  • Trabajar más horas del tiempo de la jornada es un acto de lealtad y compromiso, no un indicador de falta de productividad.
Podríamos seguir mencionando ejemplos y casos, pero estamos seguros que cada uno podrá agregar experiencias personales a la lista.
Eli Goldratt, mencionó en un programa de formación a ejecutivos «La organización productiva practica el síndrome del correcaminos: cuando tiene que correr, corre al máximo, pero cuando no se requiere, está quieto, nutriéndose, preparándose para la próxima carrera».
Es muy común que en las organizaciones se busque tener «ocupado» al personal. En más de una ocasión he presenciado escenas en los que los jefes reclaman la falta de «movimiento» en una oficina, taller o cualquier lugar de trabajo. Mi abuelo decía «mucho ruido y pocas nueces», esa frase refleja lo que sucede en muchas organizaciones.

También es muy común experimentar la resistencia para aplicar soluciones tecnológicas a muchas tareas repetitivas en las implementaciones de nuevos métodos de trabajo.
Hacer un alto para preparar a una organización para cuando se requiera que corra, es una decisión dolorosa y casi imposible para muchos jefes que prefieren despedir personal y volverlo a contratar más adelante.

Ser productivos no significa trabajar mucho: Lograr mejores resultados día a día, en menor tiempo, menos gasto, con menos desperdicio y, sobre todo, con menor esfuerzo, es lo que nos hará más productivos.